viernes, 18 de abril de 2008

Cuando las cosas empiezan a ir mal...


Tengo una espina clavada (bueno, son más de una, pero ésta es la que más me duele) con buena parte de las agencias de Relaciones Públicas de este país: la falta de imaginación y la búsqueda del cortoplacismo. ¿Por qué digo esto? Porque son muy pocas las que son capaces de sorprender con sus campañas, generalmente encasilladas en una sosa nota de prensa redactada por cualquier Chikiliquatre (perdóname don Rodolfo) que en la mayor parte de los casos ni sabe hacerlo.

Durante muchos años, las agencias (¿consultoras?) han vivido de las rentas sin reinvertir sus dividendos en mejorar el negocio. Cualquiera montaba una agencia arrastrando un cliente despistado, la guerra de precios ha sido brutal y dañina para el sector, al tiempo que los clientes se acostumbraban a pagar poco y mal (o a pagar mucho por nada). Ahora bien: ¿seguirá todo igual durante la crisis que se avecina?

Con los datos en la mano, las grandes holdings siguen ganando mucho dinero con sus agencias PR, un negocio que puede llegar a suponer cerca del 10% del total de la facturación anual de grupos como WPP y Omnicom. Sin embargo, lo cierto es que hay pocas agencias capaces de ofrecer realmente un servicio con valor añadido a sus clientes, una situación que puede propiciar que muchos de éstos, cuando tengan que recortar el presupuesto, se carguen a ese 'que hace las notas de prensa'.

...Y no les faltará razón: ¿es éste un sector de notas de prensa? ¿sabe hacer algo más? Dejando de lado disciplinas como el lobby, public affairs, financiero o corporativo, lo cierto es que existe vida más allá de un absurdo comunicado. ¿Por qué tenemos que esperar a que Rajoy se lance a Facebook y Tuenti en plena campaña para descubrir su potencial? A pesar de que pudo producirse alguna reacción adversa (sobretodo con la no inclusión en las listas de Gallardón), lo cierto es que si el propio candidato hubiera creído en el medio, seguramente el resultado hubiera sido distinto.

Sin embargo, tengo que ser justo con otros muchos que se han roto la cabeza para darle una vuelta a su habitual estrategia: hablo de Edelman, con el gran Octavio Rojas, y su lanzamiento en twitter de Halo 3 (un juego de la XBox); hablo de Gavin Anderson con su videoconvocatoria enYouTube para el lanzamiento de mas móvil (operador virtual)...y algunas otras campañas que seguramente me deje en el tintero.

¿Cuánto hay que invertir en Twitter, YouTube o Facebook? Cero (sólo los costes de producción para el spot de YouTube, que no tienen por qué ser elevados). ¿Qué periodista o curioso no se hizo amigo de Rajoy para seguirle en Facebook o Tuenti? ¿Cuánto cuesta mover una campaña teaser en Menéame, Del.i.ci.ous y similares? Sólo hace falta pensar...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tienes mucha razón que las agencias de PR tienen que empezar a pensar 'fuera de la caja' para mantenerse competitivas. Los grandes ya lo hacen, y la gran diferencia entre una agencia de publicidad y una de PR es que muchas veces nuestro trabajo es invisible. A veces vale más que no salga cobertura, por ejemplo en una crisis. En cambio, esa forma de pensar sería impensable en el mundo de la publicidad en la que prima el ruido.

El entorno ha cambiado, y tenemos que coger el toro por los cuernos y empezar a entender el fenómeno Web 2.0 porque es ese conocimiento que nos ayuda a proporcionar valor a nuestros clientes como consultores. Podemos ser muy creativos con aplicaciones en Facebook o vídeos en YouTube, pero hay agencias especializadas que se dedican a eso. Si nos olvidamos de nuestra ventaja competitiva, que es la consultoría, entonces sí tendremos un futuro negro.