Novartis, Zeltia y la CNMV
El 5 de diciembre, un rumor propagado en un foro provocó la subida de las acciones de una compañía un 18%, el mayor incremento producido en la bolsa española en los últimos 3 meses. Pero, ¿de quién se trataba?
La ‘afectada’ era la farmacéutica gallega Zeltia, matriz de Pharmamar, quien presuntamente habría recibido una oferta de opa por parte de la suiza Novartis. En una misma sesión, las acciones de Zeltia llegaron a subir un 18%, estancándose finalmente en un 5,9%, eso sí, después de que desde el área de comunicación de la compañía se remitiera una nota a la CNMV asegurando que desconocían la mencionada oferta.
Ahora bien: este tipo de acciones nos deben hacer reflexionar acerca de la manera en la que funciona nuestra Comisión Nacional del Mercado de Valores. En primer lugar, ¿cómo puede permitirse que un simple rumor provoque un movimiento de casi 50.000 millones de pesetas? Por otro lado, ¿por qué no suspendió la CNMV la cotización de las acciones de Zeltia – como era su obligación- cuando éstas rebasaron el 6% de subida? ¿Por qué tardó tanto en remitir un comunicado la compañía?
Vayamos por partes. Conozco a gente tanto en los departamentos de comunicación de Novartis como de Zeltia, y os aseguro que estaban ‘flipando’ literalmente con la situación. Los suizos quieren comprar – eso es indudable- pero no Zeltia, sino una compañía que les aporte músculo y presencia en Estados Unidos, un mercado en el que no son tan potentes como el europeo. Por otro lado, sé que es difícil trabajar en Zeltia, una compañía que a mi juicio no ha sabido adaptarse a su nuevo rol, y en la que es su filial (Pharmamar) quien tiene Dircom y no ellos. Ante este panorama, no es de extrañar que los ‘financieros’ que cortan el bacalao en la compañía ‘pasaran de mandar nada a la CNMV hasta que no les quedó más remedio a eso de las dos de la tarde del día de autos.
¿Cómo queda, pues, la imagen de la CNMV? Como siempre: de cachondeo…
La ‘afectada’ era la farmacéutica gallega Zeltia, matriz de Pharmamar, quien presuntamente habría recibido una oferta de opa por parte de la suiza Novartis. En una misma sesión, las acciones de Zeltia llegaron a subir un 18%, estancándose finalmente en un 5,9%, eso sí, después de que desde el área de comunicación de la compañía se remitiera una nota a la CNMV asegurando que desconocían la mencionada oferta.
Ahora bien: este tipo de acciones nos deben hacer reflexionar acerca de la manera en la que funciona nuestra Comisión Nacional del Mercado de Valores. En primer lugar, ¿cómo puede permitirse que un simple rumor provoque un movimiento de casi 50.000 millones de pesetas? Por otro lado, ¿por qué no suspendió la CNMV la cotización de las acciones de Zeltia – como era su obligación- cuando éstas rebasaron el 6% de subida? ¿Por qué tardó tanto en remitir un comunicado la compañía?
Vayamos por partes. Conozco a gente tanto en los departamentos de comunicación de Novartis como de Zeltia, y os aseguro que estaban ‘flipando’ literalmente con la situación. Los suizos quieren comprar – eso es indudable- pero no Zeltia, sino una compañía que les aporte músculo y presencia en Estados Unidos, un mercado en el que no son tan potentes como el europeo. Por otro lado, sé que es difícil trabajar en Zeltia, una compañía que a mi juicio no ha sabido adaptarse a su nuevo rol, y en la que es su filial (Pharmamar) quien tiene Dircom y no ellos. Ante este panorama, no es de extrañar que los ‘financieros’ que cortan el bacalao en la compañía ‘pasaran de mandar nada a la CNMV hasta que no les quedó más remedio a eso de las dos de la tarde del día de autos.
¿Cómo queda, pues, la imagen de la CNMV? Como siempre: de cachondeo…
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