miércoles, 10 de octubre de 2007

Una reflexión acerca de las Relaciones...Públicas

Pena, lástima y rabia. Esos son los tres principales sentimientos que me genera el mercado de las Relaciones Públicas en España, y os voy a contar por qué.

Me da pena que sigamos siendo el país de la charana y la pandereta, que nos comamos con patatas lo que digan de Londres o Nueva York, que nos hayamos quedado en un doble rasero de asesoría estratégica a colegas y gabinete de prensa low cost.

Me da rabia que aún haya gente que te discuta unos euros si le logras sentar con un político, empresario o político de relumbrón y malgaste en muchas ocasiones su dinero a expuertas en campañas absurdas mal planificadas y pagadas a precio de oro.

Me da lástima que a día de hoy, en lugar de dignificar la profesión, la sigamos tirando por los suelos entre todos. Los clientes, porque suelen moverse por amiguismo a la hora de contratar a una consultora (lamentable los casos de Zeltia - Gondredo- y Coca Cola - Lateral Thinking- en los que se han montado sendos chiringuitos para dar la pasta a los colegas), o sino por el que más nombre tenga, sin tener en cuenta de que la oficina de Bruselas de Burson o de Hill & Knowlton o de tantas otras no es igual que la de Madrid.

Me repatea que haya gente sin pudor ni rubor que no pague por unos servicios que le han sido provechosos, que den largas injustificadas y que haya que llegar a los tribunales para cobrar (se imaginan si pasa en otros sectores). Otros, en cambio, 'dignifican' la profesión tirando los precios por los suelos, no cobrando los meses de verano o haciéndolo por impactos conseguidos y pagando menos que nada a sus empleados, a quienes bombardean a cuentas sin recibir una remuneración digna.

Lo que he soltado lo llevaba dentro desde hace mucho tiempo, y quizás sea muy pesimista, pero es lo que siento ahora mismo, al ver a muchos amigos en agencias que tienen que llegar incluso a poner de su bolsillo dinero para dar servicio al cliente. Con esto no quiero decir que no haya buenos profesionales en nuestro país (aunque la media general no esté a la altura de los mercados de economías similares a la nuestra), sino que este sistema viciado no ayuda en nada a que se valore la Comunicación.

¡Ayudemos entre todos al sector! Envía tus comentarios, a ver si entre todos somos capaces de reflotarlo...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amen a todo, amigo.
Creo, no obstante, que esto que dices es porque estamos en los pasos previos a una profesionalizacion definitiva del sector.
Hasta ahora solo habia un (bueno, dos) modelos de negocio:
1. El amiguete-chiringuito
2. La sesuda consultora de alto precio y mucha materia gris.
El mercado ha crecido tanto que caben otros modelos. No muchos, pero alguno hay (es el caso de mi agencia).
Cuando esos 3-4 modelos se consoliden, el cliente decidirá qué segmento de servicio/precio le conviene mas, contrastará resultados con lo contratado y, en ultima instancia, el amiguete quedará como un actor residual...
Los sueldos tambien se estabilizaran. Ahora son menguantes porque la mayoría no se aclaran sobre que modelo de negocio adoptar: ¿Sigo siendo consultora / un servicio para pudientes? ¿Voy a pymes? ¿Traduzco y distribuyo notas de prensa y punto pelota?

Anónimo dijo...

No hubiera podido transmitir el mensaje mejor. Felicidades.

Lo cierto es que este sector, como cualquier otro cuyo principal valor es intangible (entiéndase talento o capacidad para gestionar una comunicación en su dirección correcta) cuesta ser remuerados dignamente; y da igual que el cliente sea una multinacional o una empresa local. Lo que no se puede tocar con los dedos cuesta pagar.

Ojalá lleguemos a la profesioanlización real del scetor, pero para ello, también hará falta una educación de muchos que se llaman RRPP y Dircoms y que no tienen ningún reparo en difundir sus noticias a los 4 vientos (aunque el medio destinatario no tenga nada que ver con esa información). Para poder trabajar correctamente hay que haber estado "a los dos lados".

A veces también tengo ganas de tirar la toalla, viendo cómo luego se dejan millones de euros en otros aspectos que no son ni tan rentables, ni exigen una carga de trabajo como el nuestro, pero esta profesión me gusta demasiado para desanimarme tan rápido.

Todo llegará. Perdón por haber pensado en voz alta.