Pío Cabanillas

Es sábado por la noche, y me ha dado por escribir todo lo que no he escrito en los últimos cinco días. Es sábado, y me da por escribir de Pío Cabanillas. ¡Que alguien me ayude!

Bueno, ya que me animado, dediquémosle unas líneas al impío de Pío, un tipo inteligente al que no tengo el gusto de conocer, pero del cual me han habaldo mucho durante los últimos meses. Pío, ex director de RTVE y Ministro Portavoz, no salió precisamente bien del PP, aunque se ha sabido mover con acierto. Llegó a Acciona como golpe de efecto de la mano de un buen amigo suyo, y ha llegado a Endesa (su gran aspiración, por cierto) como una gran incógnita. Me explico.

Cabanillas, por su condición de ex político, tiene una serie de pros y contras. Su mayor activo: su curriculum. Su pero enemigo: la desidia. Pío, según mis fuentes, es una persona acostumbrada a la dolce vita, con quien no va eso de ser un ejecutivo/currito, que ha sabido estar en el momento oportuno en el momento adecuado.

Sin embago, el papel de Pío en la opa no ha sido precisamente de liderazgo, sino más bien de revolotear por ahí, al parecer. Como premio, Cabanillas llega a Endesa como Director General de Comunicación, una compañía que perdió a Fernando Nadal, y que por circunstancias de la vida perderá a Gabriel Castro en no mucho tiempo. Sin estos apoyos, la pregunta es: ¿qué va a hacer Pío en Endesa? ¿Se arremangará la camisa como Botín y Zapatero, o seguirá manteniendo intacto ese peinado que le ha hecho famoso?

Espero equivocarme, pero no creo que Pío sea la persona adecuada para gestionar la comunicación de la mayor eléctrica española