Real Madrid: mala Comunicación, buenos resultados
Uno de los grandes culebrones de los últimos meses ha sido el saber quién ocuparía la Dirección general de Comunicación del Real Madrid, máxime en una temporada de transición, con unas elecciones presidenciales que lastraron a un equipo hecho con prisas pero que finalmente se ha aupado con el título de liga.
Todo comenzó hace aproximadamente un año, cuando Ramón Calderón logró el favor de los socios del Real Madrid para proclamarse presidente de la Entidad. Calderón, cuya campaña fue orquestada desde el Grupo Ruiz Nicoli, sorprendió a todos cuando decidió prescindir de la figura de Director de Comunicación dentro del organigrama del club, un cargo que había ocupado con éxito Antonio García Ferreras y un desapercibido Carlos Fernández (mano derecha de Martinsa cuando Fernando Martín ocupó la presidencia del club tras la salida de Florentino Pérez). En aquel entonces, el mediático presidente prefirió confiar en David y Alba, las personas que manejaron los hilos de la campaña, al tiempo que firmaba a un amigo, gaspar Rosety, como Director de Medios de la entidad.
Sin embargo, desde pronto se vio que el carácter abierto y disponible de Calderón le llevarían a tener serios contratiempos si no gozaba de alguien detrás que le dirigiera sus apariciones. Estamos en septiembre (sólo dos meses después de las elecciones), y la necesidad de un Dircom es incuestionable. En ese momento, comenzaron a surgir nombres: Enrique Beotas, Melchor Miralles, Juan José Berganza, David Espinar...todos ellos sonaban para un cargo muy apetecible, si bien ya fuera por su escasa experiencia en fútbol o su carencias en el ámbito de la Comunicación estratégica fueron echándose a un lado.
Fue en este punto en el que desde el club se optó por tomar una decisión: fichar a Enrique Beotas, director del programa de radio La Rebotica, hombre muy ligado a El Mundo (medio desde el cual Miralles aupó a Beotas al cargo) además de empresario de la Comunicación (posee una agencia de Comunicación, Cuator, y una imprenta). Era Febrero de 2007, y tras el paso por caja de Santiago Graumont (un mes, aproximadamente 10 kilos por no hacer muy bien el qué antes de aterrizar en Tapsa Madrid), Beotas era el elegido. Sin embargo, una desafortunada entrevista en El Larguero y sus reticencias a renunciar a sus actividades empresariales hicieron de él el no fichaje más famoso de la historia.
Tras el ridículo, en el Real Madrid se lo tomaron con tranquilidad, y prosiguieron la búsqueda, pero esta vez apuntando directamente a sus necesidades: un técnico en Comunicación y un jefe de prensa capaz de gestionar el día a día de la primera plantilla del club. El 31 de mayo se conocía la salida de Fernando Nadal de Endesa para ocupar la Dirección General de Comunicación del club a partir del 1 de julio(¿habrá tenido algo que ver la opa de Enel y Acciona en su decisión?), la misma fecha en la que se incorporaría Luis Villarejo, quien le acompañaría en esta aventura como jefe de prensa del cuadro blanco.
¿Curioso, no? Al final, hasta los más escépticos terminan por rendirse ante el poder de la Comunicación...
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