miércoles, 19 de septiembre de 2007

Fernando Nadal impone su ley en el Real Madrid


Lo del Real Madrid y los directores de Comunicación es una relación como poco peculiar. Ramón Calderón, su actual presidente, consideró cuando accedió al cargo que era una figura que sobraba, de ahí que confiara a David Jiménez y Alba Saiz (los protagonistas de su campaña) todo aquello relacionado con Comunicación, con el bueno de Gaspar Rosety al frente de todos los medios del club (que no son pocos).


Sin embargo, y tras varias meteduras de pata sonadas (pocos se atrevían a contrariar al presidente y su manera de relacionarse con la prensa), Calderón se dio cuenta de que quizás ese invento en forma de Dircom podría serle útil...y comenzó la búsqueda.


Tras el gol que le colaron Pedrojota y Miralles con Beotas (pobre diablo que duró lo que dura 'El Larguero' de la Cadena Ser), Calderón se lo tomó con calma, hasta que dio al fin con la persona que quería/necesitaba: Fernando Nadal, un hombre de Endesa curtido en mil batallas sin ninguna relación con el mundo del fútbol. Con él llegaría Luis Villarejo para ocuparse de gobernar un vestuario en el que cada jugador hacía la guerra por su cuenta sin que interviniera el club (gran tipo el ex de EFE, pero un nombramiento que huele como el de Rosety).


Lamentablemente, aunque Calderón lo intente, eso de tener que rendir cuentas a alguien sigue sin ser lo suyo, y máxime cuando se encuentra a un profesional que se sale del grupo de palmeros que suele acompañarle. El periodista deportivo Javier Matallanas, en su blog, ya advertía de que Fernando Nadal había presentado su dimisión tras el recorte que el presidente le hizo concediendo una entrevista a Marca sin su consentimiento. Así mismo, contaba la inexistente relación con Rosety y David Jiménez, dos de los hombres de confianza del presidente, y se lo jugó todo a una carta: o me dejas trabajar, o me largo (por cierto, ofertas no le iban a faltar). Calderón, que es como es, decidió darle un voto de confianza, al tiempo que cumplía con sus peticiones, eso si, sin atreverse a 'cargarse' a los amigos. Es en éstas cuando nos enteramos que Rosety será adjunto a la presidencia (?¿) y que Jiménez vuelve al redil tras los delirios de grandeza que le omnubilaron durante los primeros tiempos del calderonato.


Tras la jugada, Nadal ha logrado salirse con la suya: se queda como jefe absoluto de todo (incluidos los medios, que le venían, a mi modesto parecer, grande al periodista asturiano) y refuerza a Villarejo, a quien no conocía hasta su llegada al club y en el que confía plenamente (de hecho, le ha ascendido simbólicamente, nombrándole Director de Comunicación adjunto).


En fin, sólo queda ver cuánto tiempo le dura la sumisión a Calderón...

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